Los hermanos Quintana, jóvenes promesas del cine independiente en Argentina, son la maquinaria detrás de Making Off Sangriento. En una entrevista con Me lleva! cuentan sobre sus producciones, el género gore y de cómo es hacer cine de terror under en el país.
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| Gonzalo y Hernán Quintana |
Hernán y Gonzalo Quintana, -directores, guionistas, productores, actores-, hacen películas desde los 15 y 14 años y fundaron su propia productora,
El Desquicio, hace casi diez.
Making Off Sangriento es el tercer corto que proyectan en el
Festival Buenos Aires Rojo Sangre.
Me Lleva!- ¿Cómo es trabajar juntos?
Hernán- Nos manejamos muy bien, nos conocemos bastante. Nos miramos, y ya sabemos cuando algo funciona o no.
ML!- Si bien ambos hacen de todo, cada uno tiene su especialidad.
H- Yo me avoco más a lo técnico y Gonzalo a lo actoral, en este caso. Él tiene más relación con los actores que yo.
Gonzalo- Por ejemplo, en la escena de la peluquería, los chicos que supuestamente eran muy amigos, no se conocían. La tuvimos que hacer como cinco veces. Hernán les decía: “No! vínculo, vínculo! no se nota que son amigos, es pésimo, es tan pésimo!”. Y yo le decía que pare, y hablaba un poco mejor con ellos. Ahí es donde, quizás, hay una puja entre él y yo, nos manejamos distinto.
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En El Desquicio Producciones tienen una filosofía: “Mostrar lo que uno hace, no dejarlo en la CPU de tu casa o entre amigos, sino difundir tu trabajo”. Además de ayudar a difundir, el sólo hecho de participar en el BARS les da cierto prestigio. Ni hablar de ganar el premio del público a mejor corto en el festival de género más importante de Latinoamérica.
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ML!- Ustedes hacen exclusivamente cine de terror, pero Making Off Sangriento, además de gore, tiene toques de comedia. ¿Esto es intencional?
G- Sí. Nos jode un poco que se tome al gore como algo bizarro o “el loco del hacha”. Al momento de escribir, no nos encasillamos en nada, somos nosotros. Si se nos canta poner una pantalla en blanco y negro, o un flash, que no tenga explicación, lo podemos hacer.
Hay clichés que uno no puede evitar, como la persecución y la sangre, el género te lo pide. Pero al margen de eso, no nos hacemos tanto rollo con que si cuaja perfecto en un género o no.
ML! - ¿Por qué eligieron contar una historia sobre estudiantes de cine como ustedes?
H- Porque hacer cine dentro de cine te permite tener un ojo crítico hacia el ambiente en que nos movemos, hacia la industria under del cine de terror independiente.
ML!- Ya desde los efectos, la forma de contar la historia y sobre todo las actuaciones, es otro tipo de trabajo el del cine de terror.
G- Es distinto cuando uno apuesta al terror o al gore. Del resto de los cortos de la competencia, hubo varios en los que cuando el asesino levanta la mano para dar el golpe, pum, se corta.
Es decir, es difícil hacerlo bien. Por eso es tan valorable que la gente haga cine de terror, más allá de que te guste o no el género, porque es el más complejo a la hora de la técnica.
H- Lo que veo yo también, y que se vio en el festival, es que el cine latinoamericano de terror es superlativo al de Hollywood, que estrena remakes de mierda, llenas de pantallas verdes, historias son una cagada y demás. Acá en el BARS se vieron películas excelentes, por ejemplo, La memoria del muerto de Javier Diment.
Lo que se hace acá en Latinoamérica es buenísimo, es como un cine de terror más fresco, mucho más interesante.
Mirá la nota del cortometraje de los hermanos Quintana
ACÁ.
